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viernes, 24 de septiembre de 2010

LAS MUJERES EN LA REVOLUCION INDUSTRIAL...

                         LAS MUJERES EN LA REVOLUCION INDUSTRIAL!!!

Hemos recorrido varios siglos en este recuento de la Mujer a través del trabajo, y ahora, nuestro caminar nos sitúa a principios del XIX, época en la cual se gesta la Revolución Industrial; época también, donde el sistema del putting-out va perdiendo su importancia.

Elizabeth Cady Stanton, junto con Lucrecia Coffin Mott y Susan Brownell Anthony, fue una de las primeras líderes del movimiento pro derechos de la mujer. Ella y Anthony fundaron la Asociación Nacional para el Sufragio Femenino, de la cual Stanton fue presidenta hasta 1892. En 1878, convenció al senador Aaron A. Sargent del estado de California para que respaldara una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que otorgaba a las mujeres el derecho al voto. Esta enmienda se presentó todos los años ante el Congreso, hasta que en 1919 por fin fue aprobada, por lo que las mujeres estadounidenses conquistaron su derecho a votar.

Los bienes producidos mediante procesos artesanales en el propio domicilio empezaron a fabricarse en serie con máquinas en grandes fábricas, utilizando el sistema industrial. Las mujeres competían en el mercado laboral con los hombres, pero trabajaban sobre todo en las primeras fases de elaboración de la lana y en las fábricas textiles. Los empresarios preferían emplear a mujeres en este tipo de sectores, por su habilidad y porque pagaban menores sueldos, pero también porque las primeras organizaciones sindicales solían estar formadas sólo por hombres.

Lo habitual era que las mujeres fueran explotadas en las factorías, institucionalizándose un sistema en el que predominaban los bajos salarios, pésimas condiciones laborales, largas jornadas de trabajo y otra serie de abusos que, junto con la explotación infantil, eran algunos de los peores ejemplos de la explotación de los trabajadores durante el primer capitalismo industrial. La legislación relativa al salario mínimo y otro tipo de medidas legales intentaron mitigar esta muy notoria explotación de las mujeres trabajadoras.

                    

Las mujeres que desempeñaban actividades profesionales o eran dueñas de negocios, lo que a veces se conoce como profesionales de cuello blanco, sufrían menos los efectos de la explotación, pero se enfrentaban a graves desigualdades salariales y de oportunidades. La creciente utilización de las máquinas de escribir y del teléfono, a partir de la década de 1870, creó dos nuevas clases de trabajo donde predominaba el empleo de mujeres, como mecanógrafas y telefonistas, pero estas dos tareas se institucionalizaron como puestos de bajo nivel salarial y baja categoría laboral. La enseñanza, sobre todo la primaria, era un trabajo que realizaban mujeres, así como la medicina, profesión en la que ellas lograron cierta relevancia

La enfermería ha sido de forma tradicional una profesión reservada en la práctica a las mujeres. Una de las primeras universidades que admitieron a mujeres fue la de Edimburgo (Escocia) en 1889. Asimismo, las universidades argentinas admitían mujeres a finales del siglo pasado, conservando hoy un alto grado de participación de mujeres en la educación superior. Las actividades profesionales, cuyos estatutos fueron uno de los primeros objetivos de la legislación relativa a la igualdad de oportunidades, se convirtió en una plataforma de partida para lograr la equidad de la mujer trabajadora durante el siglo XX, pero todavía no se ha logrado la igualdad salarial ni de oportunidades, más común en el sector empresarial.
26/03/2005- La Mujer y el trabajo, desde los albores de la historia de la humanidad

ARTICULO ESTRAIDO:http://www.gentiuno.com/articulo.asp?articulo=2305

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